martes, 6 de noviembre de 2012

Hazañas.

Creo que debo contaros  mi incidente en la Oficina de Correos.

Una nublada mañana de noviembre.

Me acerco al mostrador de la oficina para que un amable trabajador me proporcione un resguardo para correo certificado. "Tengo que mandar estos documentos de la Universidad" me dije a mismo.

Una vez rellenado, volví a la cola.

Entre tanto que entra un menudo joven. De unos 30 años. Sobrepasaría con dificultad el metro sesenta y cinco. y los 60 kilos.
Muy chulo él, se acerca al mostrador, pide el mismo documento que yo y lo va rellenando ahí mismo.
Acaba y, ¡oh, sorpresa!, no respeta el turno preferente de una atractiva rubia de mediana edad.

Hago acto de presencia.

- Disculpa, la chica va antes que tú. Le toca a ella.

- ¿Me lo está exigiendo un niñato veinteañero?

Me pongo serio, cojo aire y respondo:

- No, te lo está diciendo un tío que mide 25 centímetros más que tú y que pesa unos 30 kilos más, así que te digo que te pongas en la cola y respetes los turnos.

Tras un momento de tensión, el chulo ve imposible su victoria y cede. Con la cabeza agachada, camina hasta el final de la cola.
La atractiva rubia me sonríe y se dirige a sus gestiones.

Si, soy un héroe. Me recuerdo a mi mismo como uno de aquellos caballeros castellanos de los que escribían libros de caballerías los cuales nunca leí.





PD: creo que el chulo aún sigue haciendo cola.

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